Unos correos electrónicos son suficientes para que nuestro ánimo aventurero se ponga en marcha
Teníamos previsto salir por la zona del Valle de Iruelas, pero la metereología no nos permite ir debido al mal tiempo, y una vez mas, Ramón (tiempoman) nos da la alternativa donde al menos no hay previsión de mojarnos.
A las 7 de la mañana nos reunimos en el punto de salida, y ponemos tierra de por medio en dirección a la provincia de Zamora, donde nos aguarda el maravilloso lago de Sanabria.
Tras una paradita y un repostaje de cafes con leche y algo para untar, llegamos a la zona donde parte nuestra ruta, el pueblo de Ribadelago viejo.
El tiempo amaneció lluvioso, pero al llegar aquí, el dia ha mejorado bastante, y comienza a salir un tímido sol. Nos ponemos en marcha atravesando una zona que es un completo lodazal, como un avance de lo que nos íbamos a encontrar. Y es que si por algo recordaremos esta salida, será por la gran cantidad de agua que no iremos encontrando por el camino.
La primera parte, tiene una subida continua hasta el pueblo de San Martín de Castañeda, y discurre entre zonas bastante sombrías, con el agua correteando entre las rampas llenas de piedras por las que vamos ganando altura.

Una vez alcanzado San Martín, tenemos que subir sobre 800 mts. por la carretera, hasta tomar un nuevo camino que nos lleva en dirección a la escalarada. En un pequeño prado paramos a reponer fuerzas, compartir nuestros tentenpiés y refrescos.
Una vez alcanzado San Martín, tenemos que subir sobre 800 mts. por la carretera, hasta tomar un nuevo camino que nos lleva en dirección a la escalarada. En un pequeño prado paramos a reponer fuerzas, compartir nuestros tentenpiés y refrescos.
Según vamos ascendiendo en esta parte, la nieve y el hielo hacen acto de presencia.
Por el camino veníamos comentando sobre la cantidad de agua que tendría el río, y si podremos bajar por el cañon o no. Debatimos el tema durante la comida, y aunque algunos prefieren regresar por donde veníamos, otros decidieron echar primero un vistazo, ya que bajar por el cañón supone 4 km y volver son casi 12, y no andamos demasiado bien de tiempo.
Finalmente, conseguimos volver a los coches justo cuando cae el sol. Ha sido una jornada dura, aunque llevadera, y lo mejor nos está esperando en forma de vaso y espuma para rematar el día. Creo que la decisión que hemos tomado de no arriesgarnos, ha sido la mejor, pues en época invernal, uno se puede encontrar de todo, y es mejor pecar de prudente que de atrevido.
Esperemos poder volver en otra ocasión, y sacarnos la espinita de descender por el cañon del Tera, ya que nos comentan que es una de las rutas mas bonitas del Lago de Sanabria. Y desde luego ,a nosotros nos ha encantado el entorno.
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