Después del paréntesis veraniego, decidimos coger nuestras botas y hacer una salida por la montaña palentina. La zona elegida fue la de valdecebollas, y nos pusimos a preparar todo con la ilusión que da el volver a reunirnos tras unos meses.
Llegado el momento, no se sabía si el tiempo acompañaría, pero decidimos que una parte de aventura siempre es bienvenida. Así que nos fuimos para el norte pese a la amenaza de lluvia, y la verdad es que tuvimos un día fantástico con un tiempo cambiante, desde sol a niebla pasando por unas tímidas gotas.
Dos han sido las ocasiones en las que hemos visitado estos parajes. La primera de ellas fuimos desde la pequeña localidad de Brañosera hasta el pico Valdecebollas y ya ha sido comentada en este blog. Ahora volvíamos aunque la marcha comenzaba desde mucho más adelante, en el refugio del Golobar, y desde allí nos proponíamos subir hasta el Valdecebollas y continuar hasta la Fuente del cobre.
Llegado el momento, no se sabía si el tiempo acompañaría, pero decidimos que una parte de aventura siempre es bienvenida. Así que nos fuimos para el norte pese a la amenaza de lluvia, y la verdad es que tuvimos un día fantástico con un tiempo cambiante, desde sol a niebla pasando por unas tímidas gotas.
Dos han sido las ocasiones en las que hemos visitado estos parajes. La primera de ellas fuimos desde la pequeña localidad de Brañosera hasta el pico Valdecebollas y ya ha sido comentada en este blog. Ahora volvíamos aunque la marcha comenzaba desde mucho más adelante, en el refugio del Golobar, y desde allí nos proponíamos subir hasta el Valdecebollas y continuar hasta la Fuente del cobre.
Enseguida vemos que la niebla va a ser compañera de viaje buena parte del camino. Aún así decidimos continuar y poco a poco y tras una breve subida llegamos a la cumbre del Valdecebollas.
Los ratos de sol se alternan con ratos de nieble y tras un breve descanso continuamos hacia la cueva del Cobre.
El camino, ahora en bajada, en un primer momento es cómodo y tranquilo. No obstante hay un momento en donde perdemos las referencias y nos vemos obligados a improvisar sobre la marcha, buscando la ruta de acceso más cómoda a ojo de buen cubero. Tomamos un camino mucho mas agreste, con muchas piedras sueltas hacia la cueva del cobre, donde tras unas cuantas incursiones campo a través conseguimos llegar.
La cueva del cobre fue famosa porque durante mucho tiempo fue considerada como el nacimiento del río Pisuerga. Los estudios realizados terminaban siempre en un sifon infranqueable para los medios técnicos de la época, sin que se pudiese constatar si el río nacía en la cueva o si era utilizado como zona de paso. No fue hasta septiembre de 1980 cuando un grupo de cinco espeleólogos, liderados por Juan Luis Vallado León consiguieron pasar a nado el sifón que debido a la bajada de las aguas se había convertido en una laguna.
El nacimiento del Pisuerga es una preciosidad, con el agua corriendo por dentro de la cueva, y aprovechamos para comer en la misma entrada.
Poco es el tiempo que podemos dedicar a explorar esta bonita cueva. La prudencia nos aconseja no demorar demasiado el retorno. Las nubes están cerrándose en las cumbres y ligeras gotas de lluvia nos acompañan buena parte del camino. Sin más demora, iniciamos el camino de regreso mirando con desconfianza a la niebla que parece empeñarse en ocultarnos el camino de vuelta a casa.
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