No somos demasiado aficionados a preparar marchas invernales. El frío, la nieve, el hielo y los dias cortos nos desaniman y preferimos el clima más agradable de otras estaciones. Sin embargo en esta ocasión hemos decidido intentar subir a la bola del mundo, en la sierra madrileña.
En estas fotos se puede aprecia como incluso en la parte más baja del valla la nieve ya es abundante.
La ruta comienza desde el lado madrileño, en el valle de la barranca, próximo a la localidad de Navacerrada. Ya desde el comienzo podemos notar el intenso frío que nos espera y comenzamos la ruta bastante abrigados.
Poco a poco las condiciones son cada vez más difíciles. El frío es intenso, la nieve cada vez está más dura y empiezan a aparecer las primeras placas de hielo.
Y finalmente aparece un inconveniente mas: la niebla.
No se ve sendero por ninguna parte, vamos perdiendo referencias con las que orientarnos y no tenemos material adecuado para caminar sobre nieve dura así que finalmente decidimos abandonar.
Y menos mal que lo hicimos. Cuatro años después volvimos a repetir esta ruta en primavera y pudimos apreciar las dificultades que tendríamos que haber afrontado si la hubieramos hecho en estas condiciones. Las fuertes pendientes, el viento intenso que suele dominar la cumbre y el descenso con fuertes desniveles entre canchales podrían habernos puestos en más de un apuro. La prudencia siempre debe formar parte de nuestro equipaje.
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